El invierno llego, temporada menos rayos solares y
por ello de frío (y éste año si que trae frío). Nuestros cuerpos resienten el
cambio de temperatura, hay más infecciones respiratorias y para evitarlo
nuestra alimentación debe ser ad hoc, para proporcionarnos los suficientes nutrientes
para enfrentar estos cambios.
Sabiamente la naturaleza nos provee de los
alimentos que requerimos para darnos esa energía y nutrientes extra, son los
alimentos de temporada, que contienen principalmente antioxidantes que eleva
nuestras defensas que contribuyen al buen funcionamiento de las defensas, tales
como vitamina C, betacaroteno, compuestos de azufre y antocianinas.
Frutas y verduras de temporada:
*-. Brócoli
*-. Coliflor.
*-. Col.
*-. Col de brucelas.
*-. Zanahoria.
*-. Calabaza.
*-. Betabel
*-. Nabo.
*-. Rábano.
*-. Berro.
*-. Achicoria.
*-. Apio.
*-. Puerro.
*-. Espinaca.
*-. Acelga.
*-. Camote.
*-. Papa.
*-. Champiñones.
*-. Hinojo.
*-. Limón.
*-. Lima.
*-. Mandarina.
*-. Naranja.
*-. Toronja
*-. Guayaba
*-. Tejocote.
*-. Kiwi
*-. Pera
*-. Membrillo.
Pero también es una temporada de riesgo de consumir más energía de la necesaria, ya que por el frío no se antoja una ensalada (ejemplo: lechuga y pepino) pero si alimentos calientes como chocolate; al bajar la temperatura disminuye nuestra consumo de agua fresca (más no disminuye la necesidad de agua) y la reemplazamos por líquidos calientes y dulces como ponches, chocolate, atoles, champurrado, etc., lo ideal es seguir con el consumo base de dos litros de agua, para alcanzar el consumo nos podemos ayudar del té que puede ser endulzado con miel.
Una buena opción es
optar por las sopas y caldos, de verduras de pasta, lenteja, alubia, fríjol,
arroz o mixtas, solo hay que tener ‘precaución’ con las porciones a consumir y algunos
acompañantes como cremas, salsas, aderezos, pan, carnes, etc.
Es simple, la naturaleza no lo pone en las manos,
los alimentos de temporada son los que tienen los nutrientes que requerimos
para afrontar o combatir los cambios de temperatura, son de mejor calidad ya
que son frescos y también son más
económicos (en teoría).
Algunos consejos de utilidad para adecuar nuestra
alimentación al temporal:
- Nuestro organismo funciona con más lentitud en invierno y, por ello, requiere alimentos menos pesados.
- Para mejorar el consumo de vitamina A, que ayuda a proteger la piel del frío y evita las grietas de los labios, incluya leche, queso fresco y huevo.
- La escasez de luz solar disminuye la incorporación de vitamina D al organismo; por ello se aconseja agregar pescado graso (sardina, atún, salmón) para compensar un posible déficit.
- En cuanto a carne de res, cerdo, cordero u otras, se pueden consumir, de preferencia, preparadas a la parrilla y eligiendo cortes magros (sin grasa).
- No abuse del consumo de chocolate, turrón, mazapán u otros postres de temporada, ya que su contenido calórico es elevado. Una buena opción para reemplazarlos es la incorporación de frutos secos (cacahuate, almendra, nuez, avellana) y deshidratados (dátil, higo, manzana, pera), ya que aportan fibra y nutrientes.
- La mejor forma de aprovechar los nutrientes de las frutas de invierno es consumiéndolas crudas y sin excederse al momento de quitarles la cáscara, ya que la mayor cantidad de vitaminas se localiza justo debajo de la piel.
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